Conoce Usted el Paradigma de la Educación Rural?

La educación rural

Cuando hablamos de educación afirmamos que nos instruye no solo de conocimientos, sino también de valores, hábitos, creencias y habilidades que nos permiten desarrollarnos para ser individuos activos de una sociedad civilizada. Dicho de otra manera, la función de la educación ha consistido siempre en preparar al individuo para una vida feliz y próspera en las comunidades de las cuales forma parte.

En el caso de la educación rural nos referimos como aquella que se imparte en un establecimiento educativo que está alejado de los cascos urbanos y cuyas comunidades se sustentan de las economías agrícolas, pecuarias, agroforestales, piscícolas y de servicios (prevención-control-erradicación de plagas y enfermedades, mecanización, riego y drenaje, fertilización, etc.) IL. 

Sus alumnos son niños que suelen vivir en pequeños parajes o pueblos donde se desarrollan actividades propias del campo. Muchas veces los estudiantes pasan todo el día en la escuela rural, y en algunos casos incluso pernoctan en ella. Esto se debe a las largas distancias que pueden existir entre sus hogares y el establecimiento. A diferencia de lo que ocurre en las ciudades, en el entorno rural suelen registrarse inconvenientes para los traslados debido a la falta de medios de transporte y de caminos en buenas condiciones.

Es importante mencionar que muchas veces las escuelas rurales tienen dificultades para cumplir con su objetivo de formación. Los problemas de infraestructura, la falta de docentes y la inasistencia del alumnado por cuestiones climáticas o trabajos estacionales son algunos factores que deben enfrentarse.

Otra problemática de las escuelas rurales es la necesidad de adaptar los contenidos a las diversas realidades regionales.

La escuela rural es una realidad que está presente en nuestra comunidad. Se caracteriza por ser una escuela pequeña, integrada en una sociedad con poca población, donde el número del alumnado es inferior al resto de escuelas.

Índice:

La educación rural

Mirada retrospectiva

La educación rural en otras latitudes

La escuela rural y la nación

La vida de campo como forma de educación general

Lo neurálgico de la educación rural

La resultante

Mirada retrospectiva

La educación rural ha existido en todas las sociedades. En muchos aspectos, los procedimientos educativos de los hombres primitivos eran más inteligentes y eficaces que los utilizados en la actualidad. Aquellos sabían lo que querían y a ello, iban con vigoroso empeño y sin rodeos.

Los muchachos se adiestraban en la guerra y la caza, y adquirían los dotes de la intrepidez, aparte de ejercitarse en muchas actividades artesanales. Las niñas aprendían a cocinar, a tejer y a realizar otras labores y cumplir otros deberes asignados a la mujer.

Se inculcaba a los jóvenes de ambos sexos las tradiciones, las normas morales y los ideales de su grupo. Las sociedades de adolescentes y las sobresaturadas y a menudo prolongadas ceremonias de iniciación, tenían la finalidad exclusiva de preparar a los jóvenes para la asunción de sus responsabilidades como miembros de la tribu.

La educación rural en otras latitudes

La educación rural de Europa Occidental y de la América moderna surgió de la misma necesidad que dio origen a la educación hogareña y a las sociedades de adolescentes de las tribus antiguas.

A medida que la vida se fue haciendo más compleja con la difusión de la lectura y la escritura, la ciencia, la mecánica y la agricultura, los deberes de la escuela se hicieron más onerosos y reclamaron más tiempo para su cumplimiento.

Durante el último siglo, y aun durante el anterior, la irrupción de la ciencia y la revolución industrial hicieron que las obligaciones de la escuela llegaran a ser abrumadoras. Fue necesario dividir las tareas y clasificar los estudios, surgió el curriculum. Se llamó a especialistas para enseñar cada una de las asignaturas: lectura, cálculo, manualidades, tradiciones y moral, idiomas extranjeros, bellas artes, ciencias, agropecuaria y mecánica.

Parte de esta educación  se impartía en el hogar, otra estaba a cargo de sacerdotes y predicadores; la mayor parte tenía por teatro edificios especiales llamadas escuelas. En torno de cada disciplina se desarrolló una profesión especial de catedráticos y aparecieron libros de textos y según el caso, traducciones.

Las escuelas rurales y la nación

Lo que ocurre en las escuelas rurales nos interesa a todos. Si podemos idear buenas prácticas educativas en un sector cualquiera, es dable esperar que esas prácticas a su tiempo ejerzan influencia sobre la totalidad del sistema escolar. Un representativo de los futuros ciudadanos de las ciudades se están educando en las comunidades rurales porque las poblaciones urbanas presentan un crecimiento moderado mientras que las regiones rurales siguen produciendo excedentes de población que se desplazan hacia las ciudades.

¿Cómo podemos, pues, proyectar la estructura de la escuela rural de modo que ella dé al educando lo que necesita para vivir en su comunidad y también para ser un ciudadano del complejo mundo moderno? El problema consiste en darle los instrumentos básicos del conocimiento, todos los principios que gobiernan a la ciencia y a la tecnología y hacer que los utilice para su propio crecimiento y para el mejoramiento de la comunidad de la cual vive.

La vida de campo como forma de educación general

El alumno de las escuelas rurales debe familiarizarse con las labores manuales y los procesos de la naturaleza, no necesariamente como materias vocacionales sino co herramientas esenciales, de uso tan general como el lenguaje o la arimética, por ejemplo: la preparación del terreno para la siembra, el ordeño de vacas y cabras lecheras, el riego, cosecha, etc.

La aptitud de la capacidad para valerse de las propias manos es un complemento adecuado de la capacidad para valerse de la propia mente. Las habilidades manuales son parte de la preparación de toda persona para desenvolverse en la vida del campo. También, debe insistirse en el estudio de la naturaleza y de la conservación de los recursos naturales renovables.

La destreza manual y el conocimiento del medio ambiente tienen un carácter tan general que mejor se llega a ellos por medio de actividades afines que por cursos formales. El estímulo de las actividades en el cual intervienen la destrezas manual y el conocimiento de los procesos biológicos y naturales está alcance fácilmente de todo docente con ingenio. Es decir, no se requieren materiales costosos ni aparatos complicados como en un laboratorio de robótica; cuanto menos formal sea el equipo tanto más eficaz será la enseñanza ya que se trata de despertar el impulso creativo y la capacidad de resolver problemas.

Lo neurálgico de la educación rural

Si la verdadera educación consiste en aprender, mientras se realiza una tarea cuyo trabajo manual y el trato con el medio ambiente son casi forzosamente educativos. Es difícil que alguien use un serrucho y un martillo sin advertir que puede servir para muchos fines; el uso de la electricidad, la sal o un sujetador de vacas tiene un sentido general  y no el de una práctica mecánica aprendida de memoria. De manera similar, en los procesos naturales lo normal es la variedad y no la rutina. La creación de un huerto escolar, por ejemplo, se presta al juego de tantas variables (semillas, suelo, fertilizantes, riego, parásitos y enfermedades) que en ella casi no tiene cabida la rutina.

Estas actividades manuales y naturales tienden a liberar de la rutina el aprendizaje de otras materias. Cuando un estudiante observa la multiplicación real en la reproducción de los conejos, no deja de comprender que la aritmética es algo más que unas clases impartidas. La lectura se convierte en un instrumento activo cuando se la usa para profundizar todas las implicaciones de la reproducción en conejos y el cálculo cobra vida, cuando el aprendiz mide el espacio que necesita para instalar las jaulas, para conocer el rendimiento, la conversión de alimento, etc.

La resultante

Si los niños y jóvenes del campo pueden adquirir cierta idoneidad en esas actividades básicas y darle una aplicación práctica, tienen asegurado una preparación para una vida feliz y próspera. La razón de que no se adquieran esas aptitudes es que en lugar de generalizar el estudio y hacer practicar unod cuantos temas amplios, la escuela rural trata de dar cabida a una multitud de lecciones en un brevísimo tiempo.

Las asignaturas se dividen artificialmente en fragmentos que se recitan en minúculos trozos. En muchas escuelas rurales uno o dos maestros recorren precipitamente el programa de un día de clase que se compone de lecciones de menos de 15 minutos de duración. No es extraño entonces que los maestros, apresurados por fantásticos planes de lecciones basados en memoria mecánica sean impotentes para ofrecer educación verdadera en materia alguna, o que los niños llevados de prisa de una clase a otra, lleguen a considerar  la escuela como un lugar de recitado más que como un establecimiento de enseñanza.

Todo esto puede parecer una simple repetición de cosas sabidas, y lo es. Pero, millares de escuelas rurales de la actualidad no tratan siquiera de dar aplicación a las más simples de las habilidades rutinarias.

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Isidro

Profesor de Educacón Técnica Agropecuaria, mención zootecnia. Master en educación agrícola de la Universidad Texas A&M, USA. Docente titular jubilado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Asesor técnico en producción pecuaria en el Commonwealth of Dominica, W.I. Miembro del comité que elaboró los planes de estudios del Postgrado en Educación Técnica, de la UPEL. Asesor de tesis y trabajos de ascensos.

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